La energía solar fotovoltaica es posible gracias a la transformación que se produce de la radiación de luz solar en paneles solares en electricidad, en ese momento es cuando se produce un efecto fotovoltaico. Este tipo de energía es renovable, por lo que no contamina el medio ambiente y puede producirse de forma inagotable. La producción que se genera en este tipo de sistemas puede instalarse tanto en pequeñas viviendas como en grandes empresas.
Un beneficio de estos sistemas es que la energía que se consume es renovable y no contamina al planeta. Es una forma de contribuir al desarrollo sostenible, pues además de generar electricidad, los excedentes de energía que se produzcan pueden inyectarse a la red eléctrica y conseguir algunos beneficios extras.
Una gran ventaja de estos sistemas es que aunque requiera de una inversión inicial es prácticamente para toda la vida y su amortización se produce entre los 3 y 5 años posteriores a la instalación. Es un sistema muy beneficioso para zonas con gran incidencia del sol ya que permite utilizar la energía solar como principal fuente energética.
